martes, 6 de abril de 2010

Efis

Recuerdo una clase de alimentación en que se nos hacía discernir entre eficacia y eficiencia. Matar moscas con dinamita es eficaz, pero las agroquímicas ganan sus lukas vendiendo piretroides; menos daño al entorno en el corto plazo (aunque nunca sabremos si el no batir de las alas de la mariposa del tsunami, muerta por el eficiente piretroide, acarreó cambios desastrosos).
Después del terremoto del 27 de febrero pasado, las comunicaciones colapsaron durante dos días, trayendo caos e incertidumbre cuyo costo es difícilmente estimable; una ineficacia atribuible a la eficiencia de las empresas de celulares. Naturalmente el costo de contar con personal y equipos que asegurase el funcionamiento de plantas y antenas tras un corte prolongado de electricidad habrían tenido que pagarlo los usuarios. No se le puede pedir eso a una empresa privada, sería contradictorio, pero si a una pública. Imagine la ineficacia de una marina o un ejército eficiente. Más de alguien lo dijo a los tres o 4 días cuando ya nos recuperábamos de mazazo y el vahido: ¡ojalá nadie nos declare la guerra en este momento! Al final no hay mayor ineficiencia que no cumplir el objetivo.
Así entonces, argumentando como lo hace Edgar Morin, tal como el revés de la eficacia es la ineficiencia, el de la eficiencia es la ineficacia ... y este Gobierno pone todo su empeño en construir un Estado eficiente.

lunes, 5 de abril de 2010

Patas donde van antenas (la mutación de la mosca)

No sé qué es más obsceno, honestamente, que un "aifoun" valga tanto como lo que gasta una familia entera (promedio) en vivir un mes, o que cueste tanto para una familia (promedio) vivir un mes.